Retos que presenta México en la educación virtual

El año inicia nuevamente con grandes preocupaciones, debido a la propagación de la variante ómicron del SARS-CoV-2 y a las implicaciones económicas y sociales asociadas con la pandemia. Los contagios de esta cepa se han disparado en México y en todo el mundo, afortunadamente con menor letalidad que con las anteriores. En este contexto, el proceso de retorno a la anhelada presencialidad en las instituciones educativas se ha visto afectado, aunque de manera diferenciada en las entidades federativas. Para el Sistema Educativo Nacional los retos no dejan de ser mayores. Dar continuidad a la educación no parece fácil, cualquiera que sea la modalidad de trabajo: virtual, híbrida o presencial. Ha quedado claro que la virtualidad no es la mejor opción en términos de experiencias de vida y aprendizajes, particularmente en educación básica, además de que las condiciones de acceso a ella varían entre las familias. Por otra parte, la educación presencial implica medidas complejas para disminuir los riesgos de contagio, como la asistencia alternada, la sana distancia, el uso continuo de cubrebocas, aplicación de gel, sanitización, etcétera.
La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) asume el reto de continuar construyendo nuevas perspectivas sobre lo educativo y sus diferentes procesos, actores e instituciones; y propuestas viables de mejora que consideren la diversidad del país.
La gran cantidad de asignaturas y contenidos complica el trabajo pedagógico. Se pide al docente que en limitadas jornadas los alumnos alcancen los aprendizajes esperados, agregando actividades como la atención a convocatorias, reuniones, asesorías y tareas administrativas.
Actualmente estamos viviendo un nuevo contexto histórico derivado del confinamiento por COVID-19, trabajar a distancia y comunicarnos virtualmente ha sido el pan de cada día en el último año. El uso de las TIC´s se volvió, de un día para otro, en una necesidad para poder enfrentar la crisis sanitaria. En este contexto y reafirmando lo que la educación del siglo XXI demanda, se les pregunto a los profesores el nivel de conocimientos en el manejo de herramientas tecnológicas y el 52.3% indica que es alto, el 25.6% considera que su nivel es elevado y el 20.9% indica que posee un nivel elevado de conocimientos. Este demuestra que los profesores universitarios se están preparando en el uso de la tecnología, lo que permitirá generar nuevas formas de enseñanza que impactaran en el aprendizaje de sus alumnos.
La educación del siglo XXI tiene como principal enfoque, el aprendizaje centrado en el estudiante, donde el docente universitario debe asumir un nuevo rol ya que, en él recaerá la responsabilidad de guiar al estudiante en el proceso hacia la adquisición y desarrollo de competencias que le permitan desenvolverse en diversas situaciones de su entorno personal y profesional.
El uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC´s) en los sistemas educativos es un reto para la educación del siglo XXI en México, éstas se han convertido en un instrumento facilitador en los procesos de aprendizaje, de tal manera que ahora representan una herramienta fundamental para los docentes en muchas de sus actividades.
El estudiante universitario del nuevo siglo se vale del uso de las TIC´s para trabajar y estudiar, además, tiene grandes expectativas en su proceso de aprendizaje, ya que tiene diferentes opciones que le permitirán seleccionar los medios didácticos y las condiciones de aprendizaje acorde a sus necesidades y así poder utilizarlos de forma provechosa.
A raíz de la creciente crisis de salud, es necesario identificar si los estudiantes de hoy cuentan con las competencias y habilidades esenciales que resultan necesaria para lidiar con las nuevas situaciones inesperadas que deberán enfrentar. El artículo (Scott, 2015), "El futuro del aprendizaje (ii) ¿Qué tipo de aprendizaje se necesita en el siglo XXI?", muestra un enfoque de cómo preparar a los jóvenes para el siglo XXI, identificando diversas competencias y aptitudes que merecen ser tomadas en cuenta y que en su mayoría están ausentes de los procesos de aprendizaje actuales. Para este estudio se analizó todo un abanico de opciones y se seleccionó las competencias y habilidades que a continuación se enlistan:
- Colaboración y liderazgo,
- agilidad y adaptabilidad,
- iniciativa y espíritu empresarial,
- comunicación oral y escrita eficaz,
- conocimientos sobre tecnología,
- creatividad e innovación,
- iniciativa, autonomía y responsabilidad,
- competencia global,
- ciudadanía cívica y digital,
- y competencias meta-cognitivas.
Los retos que se avecinan son grandes, por tal motivo es necesario seguir actualizando al profesor sobre los avances tecnológicos y en materia de educación, para que se sigan implementando formas de enseñanza-aprendizaje para que el alumno logre obtener las competencias necesarias que le ayuden a sobresalir en el futuro. La educación del siglo XXI requiere profesores comprometidos con el cambio, que sean flexibles y congruentes con el ser y el pensar, conscientes de que en sus manos está ayudar a crear un ser humano que sepa integrar saberes y sobre todo que sepa qué hacer con ellos.